Ping Pong Maquinero: el coworking transformó mi forma de trabajar
¿Qué pasa cuando salís del home office y encontrás un espacio que te inspira, te conecta y te potencia?
Meme Pigretti, founder de Syur, una agencia creativa especializada en presentaciones para empresas tipo Fortune 500, nos cuenta cómo La Maquinita transformó su forma de trabajar, crear y vincularse.
Por Abril Bustos
¿Cómo era un día laboral típico antes de llegar a La Maquinita?
Yo empecé en La Maquinita antes de la pandemia, o sea que el home office no era tan habitual. Yo laburaba en mi casa, a full remoto, y era bastante solitario. Me levantaba, me hacía el desayuno, me hacía el mate… e iba directo a la compu. Y cuando terminaba la jornada, sentía una necesidad enorme de salir, de ver gente, de conectar.
¿Qué te trajo por primera vez a Soho? ¿Te acordás de ese primer día?
Primero probé otro cowork que no tenía muchos espacios comunes. En 2017 un amigo me invitó a unas charlas en La Maquinita y me encantó. Me fascinó la posibilidad de elegir dónde trabajar cada día: un sillón, el jardín, la cocina… poder cambiar de espacio me pareció clave, y decidí venir con mi equipo a la sede Palermo Soho – Niceto Vega.
¿Qué fue lo que más te sorprendió al empezar a trabajar acá?
Lo que más me gustó fue que, en ese momento, veníamos todos los días y éramos las mismas personas. Se armó un grupo hermoso: aunque en mi empresa eramos poquitos, el día a día lo compartíamos con gente de otras empresas, y eso generó una sensación de comunidad muy fuerte, como si fuéramos un solo equipo grande.
Ahora es más difícil, es como que se amplió tanto, y la forma de trabajo cambió tanto, pero en ese momento había una dinámica de compañeros de oficina que se ampliaba más allá del círculo de tu empresa. O sea, eso me gustó mucho. No sé si es sorpresa, pero fue algo que no esperaba y sumó.
¿Cómo cambió La Maqui tu forma de trabajar?
El simple hecho de salir de casa y caminar unas cuadras hasta el trabajo ya te cambia el día. Llegar a un espacio distinto, ver otras caras, interactuar. Hoy combino días en casa con días en La Maqui, y eso hace que todo sea más llevadero y dinámico.
¿Sentís que sos más productivo, creativo o motivado? ¿Por qué?
Para mí el equilibrio es la clave: algunos días en casa y otros en La Maqui. Si necesito enfocarme de verdad, vengo acá, me concentro mucho más. Además, me gusta moverme: empiezo en el escritorio, después paso al jardín, ese cambio de entorno me mantiene activa y creativa.
¿Qué lugar ocupa la comunidad en tu día a día laboral?
Creo que suma la comunidad. O sea, vincularte, compartir un almuerzo o saludar a alguien que va más allá de tu equipo.
¿Conociste gente que te marcó, te ayudó o te inspiró acá adentro?
Sí, tengo amigos que hice hace muchos años, más allá de lo laboral y también generé un partnership para poder entrar en México con la parte administrativa.
Si tuvieras que definir tu experiencia en La Maqui en tres palabras, ¿cuáles serían?
Comodidad, dinamismo y conexiones.
¿Tenés un rincón favorito o un ritual maquinero para compartir?
El jardín, sin dudas. En verano y en invierno, si hay solcito, es mi lugar preferido.
¿Qué le dirías a alguien que está dudando en venir a trabajar a La Maquinita?
Le diría que es una gran decisión. Poder salir de casa, tener un espacio cómodo, resuelto, lindo, te cambia la energía del día. Es súper enriquecedor.