Hacé que florezca tu creatividad
Con la llegada de la primavera, en la naturaleza todo florece después de un tiempo de quietud.
Y todo indica que es igual para desbloquear nuestra creatividad, inspirarnos y concretar nuestros proyectos: no es hacer más, sino desconectarnos y darnos un rato de “no hacer nada” para dejar que las ideas emerjan.
Te comparto algunos consejos para lograrlo.
Por Dani Dini
“Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido”
Tabla de contenidos
- Hacé que florezca tu creatividad
- Primavera de nuevos comienzos
- Aburrirse también suma
- ¿Cómo voy a frenar, si la vida no para?
- Pausa = creatividad
- 5 estrategias para que pruebes implementarlo y compruebes sus efectos positivos:
- Trabajar en modo coworking en La Maqui es una gran forma de aplicar varios de estos puntos.
Primavera de nuevos comienzos
Por estos días comenzó la primavera y, si bien en el hemisferio sur nos agarra pasada la primera mitad del año, esta estación nos conecta siempre con la idea de “renacer”, de comenzar algo nuevo y hacer cambios en nuestra vida.
Los días se alargan, el clima es más agradable y la naturaleza nos inspira con otros colores y su energía renovada.
Esto, sumado a la sensación de que entramos en la recta final para que termine el año, es una gran motivación para ponerte a trabajar en ese proyecto que venís postergando.
Las razones para procrastinar son muchas: seguramente sentís que no tenés tiempo, que te falta creatividad y no estás inspirado o que, como no parás de hacer cosas, estás demasiado agobiado como para poder trabajar en ello.
Aburrirse también suma
Pero, ¿y si te dijera que la clave para combatir todos estos problemas es algo tan sencillo como… aburrirte?
Una palabra que tiene mala prensa, pero que es una práctica clave.
En la era digital en que vivimos, nuestro cerebro ganó en velocidad, pero también perdió en otras cosas. Por ejemplo, cada vez nos miramos menos a los ojos, y mirarnos es conectarnos socialmente con otros.
Vamos a toda velocidad, apurados, saturados. Si tenemos un hueco libre, lo llenamos de actividades o de pantallas y redes.
Cuando todo es accionar y producir, aburrirnos parece una mala palabra.
¿Cómo voy a frenar, si la vida no para?
En este último tiempo, tuve la oportunidad de conversar en varios espacios con Gaby Hostnik, especialista en neurociencia aplicada e inteligencia emocional.
Una de las principales ideas que Gaby, experta en su campo, siempre recalca es la importancia de corrernos de este mundo hiperconectado en el que vivimos y permitirnos aburrirnos y, por un rato, “no hacer nada”.
Gaby dice que “casi todos tenemos esta percepción de asociar el aburrimiento a una pérdida de interés y al desgano, porque nos educaron en que el aburrimiento tiene un sesgo negativo”.
Llenamos nuestra agenda de actividades laborales y si ya de por sí le dejamos poco espacio al ocio, la idea de bloquear un tiempo para no hacer nada ni siquiera se nos cruza por la cabeza. “La sensación hoy es que cada vez tenemos la agenda más llena de ítems y obligaciones, y cada vez llegamos menos a cumplir con el check en cada una”, dice Gaby.
Y el problema con esto es que nuestro cerebro necesita precisamente de esos ratos de “nadear”, un término muy común en España, para activar nuestra red neuronal por defecto.
Pausa = creatividad
Esta red es la que nos permite la autorreflexión, el conectar y el pensar cómo estamos; y también fomenta la creatividad y la imaginación.
Entonces, permitirnos “hacer nada” o aburrirnos reinicia el sistema nervioso y activa esta red, lo que promueve la introspección y despierta nuestro costado creativo.
Por otro lado, el aburrimiento puede ser un amortiguador del estrés. Sobre esto, Gaby afirma que “el pausar la actividad constante permite regularnos más emocionalmente, tener más consciencia y salir del modo ‘piloto automático’”.
¿Cómo podemos aplicar el “no hacer nada” en nuestra cotidianidad?
5 estrategias para que pruebes implementarlo y compruebes sus efectos positivos:
- Salir a caminar sin rumbo o sentido: o sentarte en un lugar en un parque y ver a la gente. Sin celular ni Google Maps de por medio. ¿Qué sentís al perderte?
- Exponerte a situaciones desconocidas: o que no entendés y podrían aburrirte, y entender qué te pasa con eso. Habitar esa incomodidad y traspasarla.
- Abrazar la improductividad: ¿probaste alguna vez no armar ningún plan para un fin de semana? Dicen que el deseo es improductivo: ¿hace cuánto que no lo escuchás?
- Ir a eventos a los que no solés ir: o tomar una clase de algo que nunca hiciste y aprender algo nuevo. Animarte a sostener lo que sentís cuando sos principiante en algo.
- Cambiar de ambientes: la creatividad tiene momentos y hay climas que la favorecen o la obstaculizan. Si tenés que pensar ideas, el hecho de hacerlo en el mismo espacio de trabajo donde estás todo el día no ayuda. Salí a otro lugar, cambiá el espacio, la gente, el ruido, la vista. Vas a ver que todo cambia.
Trabajar en modo coworking en La Maqui es una gran forma de aplicar varios de estos puntos.
Salir de tu casa y cambiar de espacio de trabajo ya te va a ayudar y La Maqui tiene muchos espacios distintos en cada una de sus sedes para que vayas rotando, incluídos sectores al aire libre donde despejarte.
Además, tiene muchas propuestas de after-office y actividades diferentes para cortar un poco con el ritmo frenético de la rutina laboral y conocer y conectar con otras personas que comparten ese espacio de trabajo con vos.
Ahora que conocés la importancia que aburrirse tiene no solo para que puedas concretar tus proyectos laborales, sino también para tu salud, te invito a aplicar estos consejos.
¿Te animás a probar “no hacer nada” y dejar florecer tu creatividad en esta primavera?