El poder de una buena agenda
La estructura que le pongas (o no) a tu día, tiene un impacto directo en tu motivación. Cinco ideas que confirman porqué adueñarnos de nuestra agenda es el primer paso para adueñarnos de nuestra propia vida.
“Dime, ¿qué vas a hacer con tu única, salvaje y preciosa vida?”.
Por Dani Dini
La palabra ‘rutina’ tiene una cierta connotación negativa: como si fuera algo que nos encierra, y que en consecuencia, nos quita tiempo para hacer lo que realmente queremos.
La
palabra ‘rutina’ tiene una cierta connotación negativa: como si fuera algo que nos encierra, y que en consecuencia, nos quita tiempo para hacer lo que realmente queremos.
Incluso quizá alguna vez te sentiste preso de ella.
Pero, ¿qué pasaría si te dijera que tener una rutina que organice y estructure tus días es la clave para poder disponer de tu tiempo como querés?
Lo que hacemos día a día es tiempo de vida y gestionarlo con orden y consciencia potencia nuestro bienestar.
Hay una relación directa entre la estructura de nuestro día y nuestra motivación: lo que sucede en el espacio entre que nos levantamos y nos vamos a dormir, esa rutina que construimos, impacta en nuestro estado de ánimo (¡para bien y para mal!).
Un día sin organización es como una piscina sin bordes: no hay inicio ni fin, se diluye el horizonte que simboliza el alcanzar metas, no hay a dónde llegar, ni hay claridad.
El embrollo mental es mayor, y por ende, también la desmotivación, el letargo y la sensación de sentirnos perdidos. Por el contrario, si tomamos las riendas de nuestra propia agenda, nos sentimos más entusiasmados y enfocados, nuestro día cambia, y en consecuencia… también nuestras acciones y nuestra forma de ver la vida.
Te comparto cinco ideas clave para gestionar tu tiempo:
- Tener el control de tu agenda no es ser esclavo de ella: la organización te da previsibilidad y coherencia, lo que te va a hacer sentirte mejor con tu vida. Empezar el día con claridad es más empoderador que no saber por dónde empezar. Planificá de más a menos: diseñá tu año, tus meses, tus semanas… y tu día.
- El primer tramo del día es crucial para el éxito del día completo: cómo empieces tu día define cómo será el resto. Si arrancás con el celular, te ponés en modo reactivo. Regalate un tiempo para vos: ejercitá, medita o aprendé algo nuevo. Cuando empieces a trabajar, hacelo con estrategia y priorizá tu mirada del día a las demandas externas.
- Comete al sapo primero: arrancá la jornada con lo que menos te gusta, y tenelo listo antes de las 14hs. Procrastinar esa tarea todo el día nos deja sin energía. Nos hace dejarla para el día siguiente o quedarnos trabajando hasta cualquier hora y terminar con un resultado que nunca va a ser el mejor.
- Ser flexible es fundamental: una buena agenda no es la que se cumple al pie de la letra, sino la que es flexible y puede resistir los imprevistos sin derrumbarse.
- Estructurá tu día: podés armar tu propia estructura y el espacio físico te brinda lo primordial (acá punto a favor por trabajar en La Maqui, que tiene todas las comodidades y el ambiente laboral ideal). Buscá actividades que te enmarquen el día (horarios fijos, una rutina de mañana, tareas que te requieran un día y horario específico, etc). Es importante saber cuándo termina nuestro trabajo y empieza tu tiempo de ocio y descanso.
En conclusión, ponerle consciencia y orden a la jornada potencia nuestro bienestar y nos brinda foco y motivación.
Trabajar en modo coworking es una gran forma de implementar todos estos consejos.
Comenzá tu día con una rutina de mañana que te empodere y planificá tu trabajo para aprovechar al máximo tu tiempo en La Maqui, que es el espacio ideal para trabajar de forma organizada y estratégica en un entorno cómodo y equipado para que puedas concentrarte en tu trabajo y resolver todas esas tareas que siempre procrastinás. Trabajar en modo coworking no solo potencia tu productividad, sino que te permite preservar tu casa como tu espacio sagrado para descansar y desconectar del trabajo.
Nuestra vida es una sola y gestionar nuestro tiempo, que es un recurso limitado, es la clave para empezar a diseñar la vida que queremos vivir.