No hace falta vivir de la escritura para hacerla propia
Hay quienes piensan que escribir es cosa de novelistas con anteojos redondos, poetas melancólicos o eruditos rodeados de pilas de libros. Pero la verdad es que todos, en algún momento, necesitamos escribir. Para entender lo que sentimos. Para ordenar el caos mental. Para pensar mejor.
Y no hace falta ser Borges para eso.
Escribir es una herramienta creativa. No solo para crear mundos imaginarios, sino para aterrizar ideas, organizar proyectos, sacar cosas de la cabeza y ponerlas en palabras. Y no, no siempre salen lindas, ni claras, ni vendibles. Pero salen. Y con eso ya alcanza.
Cada tanto, una frase en un pedazo de papel random te resuelve más que una reunión de dos horas. Una lista desordenada de ideas te activa una nueva forma de laburar. O simplemente necesitás escribir algo que solo vas a leer vos.
En el Mes de la Escritura, te invitamos a escribir. Sin presiones. Sin buscar likes ni halagos. Solo por el placer de bajar a tierra eso que tenés dando vueltas.
Por Camila González
¿No sabés por dónde empezar? Probá con alguno de estos disparadores:
- Escribí una idea que te gustaría desarrollar este mes. No tiene que ser brillante ni realista. Con que te entusiasme ya es suficiente. Escribirla es el primer paso para que deje de ser una nube abstracta y se convierta en algo posible.
- Hacé una lista de las cosas que te motivan hoy. Aunque sean mínimas: un café con leche bien espumoso, una juntada con esa amiga o amigo, una playlist que no te falla. Verlas escritas puede cambiar el foco del día.
- Contá (para vos) qué aprendiste de tu último error. No hace falta entrar en modo coach. Basta con bajarlo como quien hace un registro mental. Escribir ayuda a soltar o, al menos, analizar ciertas cuestiones desde una perspectiva más concreta.
- Imaginá un proyecto imposible y anotá qué lo haría tan genial. Permitite flashearla. No todo lo que escribimos tiene que tener un plan de acción súper organizado. A veces, soñar por escrito es una forma de conocerse.
- Escribí una carta que nunca vas a mandar. A alguien que extrañás, que te dolió, que te marcó o que simplemente tenés presente. Sacarlo de la cabeza y pasarlo al papel puede ser más liberador que mil audios.
No hace falta mostrarlo. No hace falta terminarlo. Muchas veces alcanza con darle forma.
O con sacarlo del sistema. Escribir también puede ser un descanso, un juego, una forma de volver a conectar con nosotros mismos y con los demás.
Y quién te dice… en una de esas te encontrás con una parte tuya que hacía rato no escuchabas.
¿Sos de escribir? Contanos qué lugar tiene la escritura en tu día a día. En La Maquinita siempre hay espacio para nuevas ideas… y para historias que merecen ser contadas.