Fin de año: se puede dar vuelta el partido
Se acerca el final del año y la sensación es universal: la cabeza pide vacaciones, el cuerpo también, y la productividad va y viene como el peor Wi-Fi de tu vida.
Las diez reuniones por día, los pendientes y la cuenta regresiva para el verano, hacen que mantener la motivación se vuelva un desafío engorroso.
Pero todavía hay tiempo por delante.
Tiempo que puede sentirse eterno o convertirse en una buena oportunidad para recargar energía, ordenar ideas y cerrar el año con orgullo.
Por Camila González
Cuando la motivación se toma vacaciones antes que vos
Esta etapa del año tiene ese aire de “ya fue” que se contagia rápido. Pero no todo está perdido: no se trata de obligarte a tener ganas, sino de facilitarte el camino.
Si el impulso no aparece, tranqui, enfocate en acortar la distancia entre vos y la acción. Empezá por algo tan simple como hacer una sola tarea de cinco minutos para destrabar el resto.
Otra técnica que funciona –si tenés la chance– es definir horarios tope para cortar, en vez de “seguir hasta terminar”. Paradójicamente, los límites claros generan más avance que la disponibilidad eterna.
Y si realmente sentís que el queme es inmanejable, permitite un día de trabajo más liviano a conciencia en lugar de arrastrarte toda la semana con culpa.
Energía que se nota en lo práctico
Aunque cueste creerlo, la motivación se construye más desde la logística que desde las ganas.
Ordenar tu escritorio, dejar preparada la lista del día siguiente antes de cerrar la compu o agendar reuniones solo en determinadas franjas horarias baja muchísimo la polución mental.
Pero cuando ya probaste todo eso y aun así sentís que el día no arranca, cambiar de escenario hace la diferencia. Probar un cowork no es solo “mudarse con la notebook”, es salir del modo piloto automático.
Llegás, tenés tu lugar listo, alguien te saluda, hay café esperándote y —lo mejor— ningún recordatorio visual de todo lo que deberías estar haciendo en tu casa.
En las oficinas de La Maquinita, el movimiento se contagia: hay zonas tranquilas para avanzar sin interrupciones y otras donde podés estirar las piernas y volver con otra energía.
No es magia, es contexto.
Cerrar el año con intención
Ya estamos en la recta final, sí.
Pero también es el momento justo para bajar un cambio y hacer balance sin apuro: mirar lo que lograste, lo que aprendiste y lo que querés dejar atrás.
No hace falta reinventarse ni planear el 2026 ahora mismo. A veces, cerrar bien el año es simplemente terminarlo presente y con la sensación de haberlo dado todo, incluso en los minutos finales del partido.
Y admitámoslo, hacerlo con buena compañía siempre se siente mejor que hacerlo por tu cuenta.
Por eso, te esperamos en nuestras oficinas para que transites este último trecho con nuevas ideas, buena energía y un entorno que te motive a seguir creando.