Rodeate de personas que te impulsen a ser tu mejor versión
No vivimos aislados ni solos, somos seres sociales y el poder de quienes frecuentamos tiene un impacto fundamental en nuestra identidad.
¿Cuál es tu ‘círculo de oro’?
Por Dani Dini
Lo dice nuestra propia biología desde tiempos inmemoriales: somos seres gregarios y sociales.
“Somos el resultado de las cinco personas que más frecuentamos. Asegurate de elegirlas bien”. Jim Rohn
Nos definimos a través de nuestros vínculos, y son nuestros vínculos los que nos sostienen, nos reflejan, nos devuelven una imagen de quiénes estamos siendo.
Y aunque a veces lo olvidemos, son también quiénes influyen en quiénes nos convertimos y hacia dónde nos proyectamos.
En el Mes de la Amistad, quiero proponerte mirar a esos vínculos especiales y registrar cómo impactan en vos.
Jim Rohn fue uno de los grandes mentores de Tony Robbins -el famoso coach norteamericano que inspira a millones de personas-.
Fue Rohn quien dijo que somos el resultado de las cinco personas que más frecuentamos, y si te lo ponés a pensar, esa frase nos atraviesa a todos.
Es que, a menos que vivas en una isla desierta, todos tenemos nuestro círculo de pertenencia, y podemos contar con los dedos de una mano quiénes son esas personas que están más cerca nuestro.
Te propongo un pequeño ejercicio: pensá quiénes son esas cinco personas hoy para vos.
Definilas, y tratá de ser lo más honesto posible:
no se trata únicamente de quienes sean las más importantes en tu vida, sino de aquellas que más frecuentás -porque no siempre esa relevancia y la asiduidad con que nos vemos, coincide-.
Una vez que las tengas en mente, escribí sus nombres, y animate a ir un paso más.
Respondé estas preguntas:
- ¿Cómo te sentís cuando compartís con estas personas. ¿Te energizás o te apagás? Hay amistades que nos llevan directo a la zona de confort y nos mantienen siempre en el mismo lugar (puede ser la queja, la rutina, la resignación…), y otras que nos empujan a expandirnos. Personas con las que no hace falta fingir ni disfrazarse de nada, con las que podés traer tus ideas más locas, tus dudas más profundas o tus miedos más vergonzosos, y sabés que van a estar ahí. Escuchando, sosteniendo, preguntando con sensibilidad y disponibilidad. Chequeá en qué lugar está tu círculo, y desde dónde te aporta.
- ¿Cuánto hace que los conocés? Es interesante chequear esto porque generalmente creemos que los vínculos se consolidan sólo a través de los años -y le ponemos un valor a veces desmedido a las relaciones de larga data-, y sin embargo, se trata más del valor de las experiencias compartidas que del tiempo transcurrido. Hay vínculos inesperados que aparecen en los momentos más reveladores: a veces se gestan en un encuentro casual en un evento, una charla improvisada en una pausa de trabajo, una conversación en un pasillo o compartiendo un café en la hora del almuerzo. Lo cierto es que cada vez que conectamos de verdad con alguien que vibra parecido, algo se enciende y eso no depende del tiempo.
- Entonces, una vez que chequees cuándo comenzó este vínculo, pensá ahora qué experiencias significativas podés recordar con esas personas importantes para vos y porqué. Anotá la primera que aparezca con cada una, sin pensar mucho. Conectá esto con qué significa para vos hoy esa experiencia, qué te conecta con este momento de tu vida y cómo llegaste hasta acá. ¿Cómo impactó y cómo impacta en vos hoy este vínculo?
- Poné en valor y también… aprendé a soltar. Los vínculos pueden ser combustible para tu vida o un freno. A veces los vínculos de muchos años tienen un valor intrínseco por las memorias compartidas, pero eso no es suficiente si cambiamos con los años y esas relaciones no se acompasan con esos cambios. Por eso, elegir con quiénes queremos rodearnos no es egoísmo, es conciencia. Es saber que si queremos crecer —como personas, como profesionales, y en nuestra vida—, necesitamos nutrirnos del contexto adecuado. Y el contexto también son las personas. Vincularse con las personas correctas también implica correrse de aquellas que ya no suman, sin necesidad de conflicto ni drama, sólo desde el deseo de crecer.
Este espacio es una invitación a reflexionar sobre nuestros vínculos más cercanos.
Cómo influyen en quiénes somos y en lo que logramos, cómo ese ‘círculo de oro’ personal impacta en nosotros en muchas dimensiones.
Se trata de poner en valor a esas personas que te potencian, que te espejan lo mejor que hay en vos, incluso cuando vos no lo ves… pero también, quiero proponerte una última pregunta para cerrar:
¿para quién sos vos una de esas cinco personas?
¿Qué sentís que aportás desde cómo mirás el mundo, desde cada cosa que hacés?
En este mes de la amistad, ojalá nos animemos a celebrar más que los vínculos cómodos
¡Celebremos los vínculos conscientes!
Los que nos impulsan a ser más nosotros mismos. Los que nos hacen crecer, nos espejan, nos acompañan, y también nos permiten ser, expresarnos y acompañarnos mutuamente.
Esos vínculos que, en definitiva, nos recuerdan a diario de qué estamos hechos.