Fue a partir de todo lo que sucedió durante el 2023 en relación a la inteligencia artificial y cómo estaba impactando los espacios de enseñanza y aprendizaje. Muchas de las aplicaciones o desarrollos que surgieron, acercaban la posibilidad de generar un diálogo para resolver problemas, acceder a información o incluso aprender alguna habilidad. En ese sentido, lo interesante fue que estuve no solamente trabajando con diferentes equipos sino también en las implementaciones, investigaciones, experimentaciones que sucedieron alrededor de esto que llamamos “educar en tiempo sintéticos” (desde proyectos hasta prácticas) y una de las búsquedas que tuve en el camino de desarrollo del libro es que puedan conocerse voces y casos y experiencias de personas y organizaciones instituciones que no son usualmente conocidas pero que hace muchos años ya están trabajando en temas vinculados a inteligencia artificial preguntándose en cómo impacta en eso que llamamos educar.

Sin duda que se escuchen otras voces cuando se habla inteligencia artificial y educación fue el primer punto, y luego me atrapó entender que era lo que estaba pasando en un momento tan crítico tan bisagra acompañado con que hoy sólo podemos generar buenas preguntas: preguntas generativas de otras preguntas, preguntas que a veces son atemporales, preguntas que a veces no nos animamos a hacer y preguntas que necesitan una respuesta compartida. El libro cuenta con un índice en el que todas son preguntas.

La idea fue que sea para todas las personas, por eso acerco la mirada de diferentes protagonistas, sobre todo porque cuando hablamos de educación sólo pensamos en quién enseña o quién estudia y la realidad es que hay un universo: desde las familias, las organizaciones sin fines de lucro o las empresas, etc., incluso las inteligencias artificiales que también aprenden y enseñan. Interpela a quien lo lea para que pueda preguntarse cuánto invierte o cuánto conoce de su propio proceso de aprendizaje, sobre todo en estos tiempos que corren donde va a ser un diferencial en cualquier rol que vayamos a habitar.

A la hora de educar en la era digital hay desafíos que tienen que ver con ¿para qué estoy estudiando esto? (o por qué estoy enseñándolo), ¿cómo lo voy a aplicar?, ¿cuál es el sentido que tiene en mi vida y cuáles son las proyecciones de aplicabilidad?, entre varias preguntas que son históricas de la cultura, pero que se revisitan en estos contextos. Tanto la enseñanza como el aprendizaje tienen que ver con las interacciones que se dan, y allí la pregunta del encuentro humano se vuelve relevante. Si bien la IA permite una personalización valiosa, en el encuentro humano suceden otras variables que cargan de sentido. El desafío de lo digital es que va en contra de procesos que son propios, y se ponen en juego en momentos y contextos particulares, seguramente en alguna cola para pagar en el supermercado, nos ha surgido la reflexión o el “aha moment de” un concepto de matemática o finanzas. De eso se trata no sólo ir contra lo inmediato, sino articular y potenciar, lo inmediato desde una mirada crítica y creativa, que respete también los tiempos y procesos.

Así es, de hecho en el libro comparto experiencias sobre cómo se utilizan con un propósito. En general son plataformas diseñadas para el engagement de la audiencia y en eso, a veces estamos en detrimento de nuestra capacidad de atención que es necesaria para cualquier aprendizaje. Cuando aparece el propósito educativo aparecen otros usos que se complementan con las capacidades de aprendizaje y la aplicabilidad de ese aprendizaje; por lo tanto no es malo o bueno, sino que necesita un objetivo que no sea sólo desde el que se diseñó la aplicación.

Durante fines del 2023 realizamos una encuesta en toda Latinoamérica donde contestaron más de 13,000 docentes.  Más del 97% utiliza en alguna actividad el celular para acciones variadas: desde planificar sus actividades educativas, hasta lo vinculado a la gestión, o también la búsqueda de información y demás. Esto es interesante porque si bien a veces no está validado en el sistema educativo, quienes educan hoy utilizan la tecnología de manera activa. El desafío que se encontró en este relevamiento es el tiempo para poder dedicarle a prepararse por fuera del espacio educativo y, por otro lado, que muchas de las propuestas que hay son pagas. En conclusión, hay interés y hay experiencias pero falta la institucionalización y la visibilidad. Aquí una nota de referencia sobre el relevamiento

La primera recomendación justamente es que puedan experimentar y no tener miedo a equivocarse, el error es parte del proceso. Luego les diría que existen comunidades de docentes online donde se puede consultar. También pueden crear una propia comunidad en los espacios en los que trabajan: ya sea de experimentación o laboratorio, de buenas prácticas, etc; para compartir estos conocimientos.

Melina se estará presentando el  jueves 2 de mayo a las 17.30 horas en la Sala Rodolfo Walsh (Pabellón Amarillo) de la  48° Feria Internacional del Libro generando un espacio de intercambio sobre el impacto de la tecnología en los distintos ámbitos junto con demás colegas referentes en el tema ▶️ el mundo laboral, el sistema educativo e incluso el aprendizaje personal.

Su libro ya está disponible en librerías de Argentina, Uruguay y España, y en todo el mundo a través de e-book.